RELATO EN PRIMERA PERSONA DE UN PERRO QUE SU AMO ES UN POLITICO CORRUPTO Y QUE SE UFANA DE SER POLITICO SERIO. HACIENDO MUCHOS ENGAÑOS A LA SOCIEDAD.
Me llamo Max y soy un perro de raza mestiza. Vivo en una casa grande con un jardín amplio, pero lo que más destaca de mi hogar no son las comodidades, sino mi amo, el señor Ramírez. Él es un político muy conocido en la ciudad, siempre aparece en la televisión y en los periódicos, hablando de honestidad, transparencia y compromiso con la sociedad. Pero yo, que lo veo todos los días, sé que la realidad es muy diferente.
Desde que era un cachorro, he visto cosas que me hacen dudar de la integridad de mi amo. Recuerdo una vez, cuando tenía apenas unos meses, que el señor Ramírez llegó a casa con una sonrisa de oreja a oreja. Había ganado un contrato importante para la construcción de un hospital. Lo que nadie sabía es que, antes de la licitación, había tenido varias reuniones secretas con los empresarios que finalmente ganaron el contrato. Yo estaba ahí, escondido bajo la mesa, escuchando cómo se repartían el dinero que iban a desviar del proyecto.
A veces, cuando el señor Ramírez está en su despacho, lo escucho hablar por teléfono con otros políticos. Se ríen y se felicitan mutuamente por sus "logros", pero yo sé que esos logros no son más que engaños. Prometen obras que nunca se realizan, desvían fondos públicos para sus propios beneficios y manipulan a la gente con promesas vacías. Es triste ver cómo se ufana de ser un político serio y comprometido, cuando en realidad es todo lo contrario.
Una noche, mientras descansaba en mi cama junto a su escritorio, lo escuché hablar con su asistente sobre una campaña de desprestigio contra un rival político. Planeaban difundir noticias falsas y manipular a los medios para destruir su reputación. Me dolió ver cómo mi amo, que siempre habla de ética y moral, estaba dispuesto a hundir a otra persona solo por mantener su poder.
A pesar de todo, hay momentos en los que el señor Ramírez muestra una faceta más humana. Me acaricia detrás de las orejas y me da golosinas, y por un instante, parece un hombre bueno. Pero esos momentos son fugaces, y pronto vuelve a su verdadera naturaleza.
Me pregunto si algún día la gente descubrirá la verdad sobre él. Si sabrán que detrás de esa fachada de político serio y comprometido, se esconde un hombre corrupto y sin escrúpulos. Yo, que lo veo todos los días, sé que la verdad siempre encuentra la manera de salir a la luz. Y aunque soy solo un perro, espero que algún día la justicia prevalezca y que mi amo reciba el castigo que merece.
Hasta entonces, seguiré observando y esperando, con la esperanza de que algún día, la verdad triunfe sobre la mentira.